Elecciones andaluzas: la vida sigue igual.
El resultado final de las elecciones autonómicas del 22-M da para toda clase de lecturas simplistas, tópicas o irónicas, según la cuerda política de cada uno. Hay quien piensa que Andalucía es socialista y de izquierdas –los resultados quizá les avalan-. Hay quien piensa que tenemos lo que nos merecemos, después de 33 años de gobiernos socialistas. Y hay quien piensa que Susana es una estratega consumada, algo así como una mezcla de Napoleón, Escipión el Africano, Rommel y Gengis Khan redivivos. Eso sí, con faldas, tinte rubio y de Triana. Y también hay quien afirma, con bastante mala leche, que la NASA ha descubierto que no queda vida inteligente en Andalucía.
El electorado ha elegido ser conservador, aunque entendamos que su concepto de conservador es inverso al tradicional: el electorado de izquierdas quiere el mantenimiento de un nivel de protección social, y de un nivel, quizá inasumible, de empleo público, aunque mire para otro lado, cuando se le pregunte por nuestras cifras de paro y pobreza después de 33 años de gobiernos del PSOE. Después de todo, hay quien dice que la lucha de clases en Andalucía se acabó, y que ya hay sólo dos clases de andaluces: los que son funcionarios y los que no lo son.
También deben de ser muy pardillos en el PP, al olvidarse de los cientos de miles de personas expulsadas del mundo laboral, gracias a la reforma de Doña Fátima Báñez. Pensar que esas personas podían votar a su segundo, enviado de paracaidista a Andalucía, es de una ingenuidad digna de mejor causa.
Y buena parte del electorado de centro derecha, que esta vez eligió ser innovador, ha huido en masa a la abstención o a Ciudadanos. Pensar que los sobres de dinero negro y la subida brutal de impuestos, no iban a pasar factura, también acredita un candor angelical en los estrategas y comunicadores del PP.
La realidad es que la gente ha votado, acreditando que en Andalucía, la mejor estrategia es no hacer nada. Cuatro años sin legislar nada así lo demuestran. Cambiar, ¿para qué?.
Este Domingo de Ramos, volverá a pasar la Estrella por el Puente de Triana, como siempre. Y esto no va con segundas, no me refiero a nuestra gran ambición rubia. Acreditando lo que nuestro más famoso y bronceado crooner decía: la vida sigue igual.
Miguel Ángel Fernández. Abogado. Profesor Asociado de Derecho Constitucional en la Universidad Pablo de Olavide.